El mundo de los relojes es enorme, pero no te preocupes que aquí te hacemos un recuento histórico y técnico de los más importantes para que sepas cómo elegir tus máquinas del tiempo de acuerdo a tus necesidades.
Reloj de sol, el primer reloj en la historia
Las antiguas civilizaciones medían el paso del tiempo a través del transcurso del día y de los ciclos lunares. Por eso, aproximadamente 3000 años antes de Cristo, se inventó el reloj de sol o cuadrante solar, utilizado primero por los egipcios y chinos. Su funcionamiento se basa en la sombra que un gnomon (puntero triangular) arroja sobre una escala marcada en la superficie del reloj para indicar la posición del sol.
El segundo reloj de la historia. Es un recipiente que se llenaba de agua, la cual era evacuada por un pequeño orificio y su flujo se medía a través de marcas en su interior que señalaban el paso del tiempo.
No se sabe bien quién lo inventó, pero entre las primeras constancias de él se encuentra un libro de 1393 que ofrecía instrucciones para preparar la arena del reloj. Aún lo usamos en los juegos de mesa o para medir el tiempo de una ducha.
Alrededor del año mil en los monasterios se inventaron mecanismos que ayudaron a los monjes a medir tiempos de forma precisa para sus rezos. Los primeros relojes mecánicos se activaban mediante pesos colgados de cilindros y palancas. Los relojes mecánicos con manecillas que avanzan lentamente por la acción de engranajes aparecieron alrededor de 1300.
Fue inventado en 1657 por el matemático holandés Christiaan Huygens y consiste en un mecanismo donde el movimiento oscilante de un péndulo activa los engranajes internos que hacen girar las manecillas del reloj. A partir de este, surgió un nuevo estándar en la precisión de los relojes.
En 1841 Alexander Bain construyó el primer reloj fiable cuyo funcionamiento era a través de un electroimán. La electricidad generada con unas enormes placas de cobre y de zinc, hacía funcionar el reloj. Principio que ahora nos permite tener relojes eléctricos precisos como los de la imagen de abajo.
Patek Philippe es acreditado como el creador del reloj de pulsera en el siglo XIX. Los primeros relojes de pulsera fueron elaborados para las mujeres; luego, alrededor de 1880 surgió la necesidad de los militares y pilotos de usarlos también ya que requerían ver la hora sin tener que sacar su reloj del bolsillo. Comenzaron a producirse en masa a partir de la Primera Guerra Mundial.
El primer intento de un reloj de cuarzo lo llevó a cabo el estadounidense Warren Marrisson en 1929 quien empleó cristales de cuarzo y transformó sus oscilaciones en una corriente de frecuencia que puso en movimiento las agujas de un reloj. Pero fue hasta 1969 que en el mundo de la relojería se empezó una producción masiva. (La imagen es meramente ilustrativa de un reloj moderno con movimiento de cuarzo).
Creado en 1949 por físicos del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) de Estados Unidos, su funcionamiento se basa en el cálculo del tiempo que duran los cambios de energía en los átomos. Es usado por la comunidad científica que necesita medir fenómenos en millonésimas de segundo. Es el más exacto de todos los relojes que existen hasta ahora.
En 1970 nació el reloj digital. Tenía una pantalla oscura con puntos LED que se encendían e indicaban la hora al oprimir un botón. Comenzó a ser comercializado por la empresa estadounidense Hamilton, pero pronto los chinos tomaron la delantera y empezaron a producir relojes digitales con otras aplicaciones como cronómetro y calculadora.
El primer reloj inteligente como tal surgió en el año 2000, contaba con sistema Linux, memoria RAM y Bluetooth. A partir de ahí han evolucionado incorporando funciones más complejas y hoy son como pequeñas computadoras, capaces de navegar por internet y realizar llamadas, entre otras cosas.