En Joyerías BIZZARRO, creemos que cada diamante cuenta una historia. Y si hay algo que ha acompañado al brillo eterno de estas piedras, es su capacidad de evolucionar con cada época, reflejando los sueños, el estilo y los valores de su tiempo.
Hoy, a mitad de esta nueva década, nos detenemos a mirar atrás para entender cómo llegamos hasta aquí... y hacia dónde vamos.
Aunque su desarrollo comercial llegaría mucho después, los primeros diamantes de laboratorio comenzaron a estudiarse en esta década. Hoy, más de un siglo después, en BIZZARRO los honramos con nuestra línea Eco-Luxury, que ofrece diamantes creados éticamente, con la misma belleza y valor emocional que un diamante natural.
Los años veinte celebraron la elegancia estructurada. Los diamantes se integraron a la corriente Art Decó, con líneas geométricas, simetría y sofisticación. Fue una década de lujo y liberación, y los diamantes comenzaron a verse como una declaración personal.
Aparece en escena el legendario Excelsior, uno de los diamantes más grandes del mundo. Esta década fue de piezas impresionantes, que reflejaban estatus, pero también una creciente fascinación global por el origen y el misterio de estas piedras.
Una frase que cambió la historia de la joyería. La campaña de De Beers en 1947 una compañía posicionó la frase "un diamante es para siempre" (búscale en Google, aquí no le haremos publicidad). No sólo posicionó al diamante como símbolo de compromiso, sino que marcó el inicio de una tradición que hoy continúa viva en cada anillo de compromiso BIZZARRO.
“Los diamantes son los mejores amigos de una chica” dijo Marilyn Monroe y la cultura pop quedó marcada. Esta década catapultó a los diamantes al escenario de Hollywood y al corazón de quienes soñaban con glamour.
Nadie olvidará el icónico diamante Krupp de Elizabeth Taylor, que capturó no solo la atención del mundo, sino también el espíritu libre, poderoso y sofisticado de la década.
La joyería con diamantes se hace más accesible. En los 70, las mujeres comenzaron a usar diamantes de forma más cotidiana, y surgieron estilos más personales y relajados que reflejaban autenticidad y libertad.
Durante el U.S. Open, la tenista Chris Evert perdió su pulsera de diamantes en medio de un partido. Desde entonces, nació el término “tennis bracelet” (lo puedes ver en la imagen de abajo): una joya elegante, flexible y perfecta para llevar todos los días. Hoy sigue siendo una de las piezas favoritas en BIZZARRO.
En los años 90, los diamantes se alejaron del exceso para abrazar la simplicidad refinada. Se pusieron de moda los diseños minimalistas y las joyas personalizadas, con toques delicados que reflejaban individualidad. Aparecen anillos con cortes más modernos, como el corte princesa o esmeralda, y se popularizan las joyas como un gesto íntimo más que ostentoso.
Los 2000 trajeron una explosión de contrastes: desde el boom del oro blanco hasta la mezcla de metales, texturas y formas. Los diamantes comenzaron a verse en piezas más versátiles, aptas tanto para eventos como para el día a día. Se impuso la idea de que cada mujer podía usar diamantes a su manera, sin reglas estrictas, dando paso a una joyería más libre, joven y cotidiana.
2020s: Una nueva era, un nuevo lenguaje
Y así llegamos a la década actual. Lo que hemos notado es que la tendencia ya no es una sola piedra, ni una pieza icónica, sino la creación de universos completos. Las marcas exploran conceptos, emociones y estéticas que dan vida a colecciones con narrativa, identidad y significado.
En BIZZARRO, estamos justo en ese momento: a mitad de la década, donde ya se sienten las nuevas ideas, pero aún hay mucho por revelar. Porque lo que viene no es solo una joya más… es un universo entero por descubrir.
¿Estás lista para lo que viene?
Muy pronto, te presentaremos una nueva colección inspirada en esa evolución: una forma de expresar quién eres, sin palabras. Porque el futuro del diamante no solo brilla… cuenta una historia que apenas comienza.