Hablar del amor es hablar de algo que no tiene una forma fija ni definida, es algo incluso mutable, algo que se construye pieza a pieza, con error y acierto, poniendo límites, cediendo, siendo empáticos y sobre todo comunicativos con lo que nos gusta.
Son siete anillos combinables que hacen una metáfora del amor ya que puedes usar uno (tu visión del amor) o varios para completar tu look, como cuando dos visiones del amor se juntan para formar una sola, pero el amor también se transforma todo el tiempo, así que puedes combinar las siete piezas como mejor te guste.
Amor pieza a pieza es una colección de anillos que se puede combinar y hacer del estilo un rompecabezas para armar la mejor versión de las personas, esa que las hace brillar y muestran en todos lados sin siquiera decir una palabra, porque su sonrisa y el brillo de sus ojos las delata.
Y es que es muy bonito cuando en una pareja existen esos elementos que caracterizan a cada uno de sus miembros como seres individuales, pero que cuando se combinan forman la unidad de amor que desata entre quienes los ven un: “qué bonita pareja hacen”.
Pero también existe el amor propio ese que te das a ti haciendo lo que te gusta, consintiéndote, apapachándote o haciendo esas cosas que amas, que te hacen bien o que te reconfortan.
El amor fraternal, ese que existe entre tus amistades y también se construye pieza a pieza es muy importante en la vida, ya que esa compañía, ese consejo o esas risas merecen un obsequio, una insignia de amistad en forma de anillo.
Ahora que ya sabes que le hablamos al amor en su más extenso sentido, te presentamos una colección de anillos con los que puedes combinar y hacer de tu estilo un rompecabezas para armar esa que te hace brillar.
Amor pieza a pieza nos enseña que el amor se construye, se transforma, se cuida, procura y hasta se combina. Así que no importa la visión que tengas del amor, ármate tu estilo con esta colección.
Cuatro de los anillos están forjados en oro amarillo, tres en oro rosa y los siete cuentan con incrustaciones de diamantes ya que no hay piedra más representativa del amor que un diamante.